n operativo de alto impacto llevado a cabo por el Ejército y la Policía Nacional en Tibú, Norte de Santander, puso en evidencia la capacidad bélica de las disidencias de las Farc, que estarían operando con vehículos modificados con blindaje para simular tanquetas militares.
Durante la acción, realizada en el barrio Largo —una zona urbana históricamente afectada por el conflicto—, fueron incautados dos vehículos y un arsenal de municiones. Uno de los automotores había sido adaptado con placas de blindaje, lo que demuestra el nivel de sofisticación técnica con el que estas estructuras criminales operan en el Catatumbo.
Además, las autoridades capturaron a dos personas presuntamente vinculadas con estos grupos armados. Según las primeras investigaciones, ambos estarían relacionados con las disidencias que no se acogieron al acuerdo de paz de 2016 y que hoy buscan controlar rutas estratégicas para el narcotráfico y el contrabando.
La presencia de estos vehículos blindados no solo refuerza la alerta sobre la capacidad logística de las disidencias, sino que agrava el panorama de seguridad en el norte del país, especialmente en zonas fronterizas como el Catatumbo.
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En paralelo, Bogotá enfrenta una creciente crisis humanitaria debido al aumento de personas desplazadas provenientes de esta región, que huyen del control de actores armados y de la escalada de violencia. Esta situación exige respuestas urgentes por parte del Estado para proteger tanto a las comunidades rurales como a las ciudades receptoras.