
Érika Deyanira Morales, fue una joven de 20 años que llevaba años luchando con graves secuelas tras un grave ataque que recibió, finalmente pudo acceder al procedimiento de eutanasia. Su historia conmovió al país, luego de que su solicitud fuera inicialmente rechazada por la EPS Emssanar, a pesar de las condiciones que enfrentaba.
Morales quedó cuadripléjica cuando tenía 17 años, después de sufrir una agresión en el baño de un bar en Pasto. Su caso se hizo viral cuando su hermana, Tatiana Morales, expuso la dura batalla que libraron para que se respetara su decisión. Finalmente, el 22 de febrero, la autorización llegó y días después se confirmó su fallecimiento.
Una lucha marcada por el dolor y la resistencia
Érika, oriunda de Los Andes, Sotomayor (Nariño), se comunicaba a través del movimiento de los ojos, única forma en la que podía expresarse tras el ataque. Durante años, su familia enfrentó múltiples dificultades para garantizarle los cuidados que necesitaba. La joven manifestó en varias ocasiones que el dolor físico y emocional que vivía día a día era insoportable.
Tras su fallecimiento, su hermana compartió un mensaje en redes sociales que reflejó la difícil decisión que enfrentó la familia:
«Fue la prueba de amor más grande que le pude dar a mi hermana. Solo espero que ahora tenga la paz que tanto buscó.»
Todo ocurrió el 2 de agosto de 2021. Érika salió con amigas a un bar en Pasto, sin imaginar que esa noche marcaría su destino. Mientras estaba en el baño del establecimiento, fue atacada con una botella de whisky. El golpe le provocó múltiples infartos cerebrales y una lesión medular severa. Su vida cambió drásticamente: quedó completamente inmovilizada y dependiente de terceros para cualquier actividad.
A pesar de los esfuerzos médicos y el apoyo de su familia, su estado no mejoró. Durante años, su hermana y su madre se encargaron de su cuidado, en medio de grandes dificultades económicas.
Las presuntas responsables
Desde el inicio del caso, en redes sociales se han señalado a dos mujeres, identificadas como Glair Gómez y Leidy León, como las posibles responsables del ataque. Sin embargo, hasta el momento, no hay un pronunciamiento oficial por parte de las autoridades sobre su captura o proceso judicial.
El caso de Érika ha reabierto el debate sobre el acceso a la eutanasia en Colombia y la impunidad en casos de violencia que dejan secuelas irreversibles. Su historia quedará como un símbolo de lucha y resistencia.
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